Tras dialogar con varias de las principales economías globales, Colombia ahora dirige su mirada hacia el este, a China. Bajo el liderazgo de Gustavo Petro, la nación se está abriendo camino en el escenario internacional, representando las ambiciones y aspiraciones del Sur Global. ¿El objetivo final? Trazar un camino lleno de progreso sostenible e innovación.
Durante una reunión del consejo de seguridad en Kennedy, Petro anunció sus próximas discusiones con el presidente de China, Xi Jinping, programadas para el 25 de octubre. El tema central de sus conversaciones será la transformación de la infraestructura de transporte de Colombia, con un enfoque específico en el ferrocarril y la energía eléctrica. El telón de fondo de esto es la colaboración de 2019 en la que destacadas corporaciones chinas, China Harbor Engineering Company Limited (CHEC) y Xi’an Metro Company Limited, fueron seleccionadas para el desarrollo de la primera línea de metro de Bogotá. Este proyecto es de suma importancia ya que Bogotá lucha con la congestión, habiendo sido clasificada como la quinta ciudad con más tráfico del mundo en 2022.
Las huellas de inversión de China en Colombia están creciendo. Entre 2021 y 2022, las inversiones chinas en el país experimentaron un aumento de tres veces. Notablemente, la línea de metro de Bogotá, confiada a un consorcio de CHEC y Xi’an Rail Transit Group, es un testimonio de esta floreciente asociación. Aunque EE.UU. ha expresado preocupaciones sobre la creciente influencia de Pekín en Bogotá, el presidente Petro continúa fomentando una relación cálida, incluso nombrando al cineasta Sergio Cabrera, conocido por sus profundos lazos con China, como embajador.
Más allá de Colombia, la influencia de China en América Latina es innegable. Un total de 21 países de la región se han alineado con la Iniciativa del Cinturón y Ruta de China (BRI) desde su inicio en 2013. Aunque Colombia no ha firmado oficialmente el BRI, sus proyectos de infraestructura clave en tiempos recientes han sido otorgados a entidades chinas, reflejando la creciente importancia de China.
Históricamente, la relación entre Bogotá y Pekín ha tenido una trayectoria ascendente. El ex presidente Juan Manuel Santos (2010-2018) emprendió medidas diplomáticas integrales en Asia y el Pacífico. Iniciativas como comenzar un Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur y negociar acuerdos con China en 2015 fueron testimonio de esto.
En resumen, mientras Colombia se encuentra en la intersección de la geopolítica global, su evolucionante asociación con China podría ser un salto estratégico hacia la diversificación y el crecimiento sostenible. El mundo observará atentamente cómo esta alianza moldea la geopolítica de la región en los próximos años.
