El 18 de octubre, la administración de Biden tomó una decisión trascendental: un alivio temporal de las sanciones sobre los sectores de petróleo, oro y gas de Venezuela. Esta decisión, que durará al menos seis meses, fue una respuesta a un acuerdo sobre las elecciones presidenciales de Venezuela en 2024, donde el gobierno y la oposición venezolana llegaron a un consenso para incluir observadores internacionales.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. enfatizó que este relajamiento se debió a los recientes desarrollos democráticos en Venezuela. Aunque se emitieron licencias generales para los sectores de petróleo, gas y oro, el mercado principal para los bonos venezolanos sigue restringido. Con estas sanciones levantadas, Venezuela ahora tiene luz verde para renovar lazos comerciales con otras naciones de la región, especialmente el Caribe.
EE.UU. ha subrayado que estas concesiones dependen del compromiso continuo del presidente Nicolás Maduro con las reformas democráticas, especialmente en relación con los candidatos presidenciales de la oposición y la liberación de presos políticos. Esta decisión sigue meses de negociaciones en las que Washington presionó a Caracas por elecciones democráticas a cambio de alivio en las sanciones.
El persistente llamado de Gustavo Petro a EE.UU. sobre las sanciones a Venezuela
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha sido una voz firme respecto a la situación venezolana. Incluso antes de su presidencia, Petro había destacado repetidamente las implicaciones humanitarias de la crisis venezolana, especialmente en términos de migración. Sus preocupaciones resuenan en todo el continente, directamente afectado por el flujo significativo de venezolanos buscando refugio y mejores perspectivas económicas.
Según un artículo del 8 de septiembre de 2023, Petro hizo un llamado a través de X (anteriormente Twitter): “Desbloquear a Venezuela, llevar a cabo elecciones libres, reducir las emisiones de metano en Venezuela y poner fin al éxodo por el Darién hacia EE.UU.”. Este llamado fue en respuesta a la situación migratoria. Los datos sugieren que el éxodo migratorio en la frontera entre Colombia y Panamá ha superado las cifras del año anterior. Más de 307.000 individuos han elegido este peligroso camino en 2023, en comparación con los 248.000 que lo cruzaron el año anterior.
En otra instancia en X, Petro articuló una propuesta a EE.UU. y Venezuela para “desbloquear los DEG (Derechos Especiales de Giro) de Venezuela en el FMI, que pertenecen a Venezuela, y tramitarlos a través del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF.”
Además, el 21 de abril de 2023 hubo una propuesta de Petro al presidente estadounidense Joe Biden. Durante una reunión en la Casa Blanca, Petro sugirió un levantamiento gradual de las sanciones sobre Venezuela a cambio de que el país cumpla condiciones electorales específicas. El presidente colombiano enfatizó la necesidad de un enfoque multifacético, incluido un cronograma electoral para Venezuela con garantías, la inclusión del país en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (un órgano de la Organización de los Estados Americanos) y una desescalada gradual de las sanciones.
Los artículos colectivamente pintan la imagen de un líder profundamente preocupado por las consecuencias inmediatas y a largo plazo de la crisis venezolana en la región. La postura inquebrantable de Petro y sus activas gestiones diplomáticas subrayan su determinación de llevar alivio a las comunidades afectadas, tanto dentro como fuera de Venezuela.
Un balance histórico del comercio entre Colombia y Venezuela
Desde una perspectiva histórica, la relación económica entre Colombia y Venezuela es intrincada. Con una frontera compartida y culturas entrelazadas, los países han sido testigos de comercio mutuo y patrones de migración fluidos durante siglos. En regiones como la península de Guajira, las comunidades indígenas dependen en gran medida del comercio transfronterizo para su sustento. De manera similar, en las regiones andinas del sur que limitan con Colombia, el comercio —tanto legal como de contrabando— prospera, afectando las economías más amplias de ambas naciones.
En 1994, las exportaciones totales de ambos países al mundo ascendieron a 24.451 millones de dólares, con Venezuela contribuyendo con el 64,2% y Colombia con el 35,8%. Sin embargo, al centrarse en las exportaciones no tradicionales, Colombia lideró con el 53,1% ese mismo año, con exportaciones no tradicionales representando el 34,7% del total.
Más recientemente, a pesar de la relación comercial históricamente significativa, a finales de 2021, las exportaciones colombianas a Venezuela se habían reducido a 331 millones de dólares, una caída impresionante del 94,5% desde 2008. Esta disminución contrasta fuertemente con la cifra de 2008, cuando las exportaciones colombianas a Venezuela superaron los 6.000 millones de dólares, representando el 18% del total de exportaciones de Colombia.
El lado positivo para Colombia y Venezuela
El levantamiento de las sanciones sobre Venezuela se presenta como un faro de esperanza para rejuvenecer los lazos comerciales bilaterales con Colombia. La decisión no solo representa una oportunidad económica sino que también sirve como un peldaño hacia la reparación y fortalecimiento de las relaciones diplomáticas.
Colombia y Venezuela tienen una rica historia y cultura compartida. Esta relajación de restricciones puede reactivar las rutas comerciales, fortaleciendo ambas economías y potencialmente reduciendo la pobreza. Además, puede llevar a una estabilización de las condiciones socioeconómicas, frenando potencialmente las masivas migraciones presenciadas en años recientes.
Para ambos países, esta noticia significa más que solo cifras comerciales; simboliza un reencuentro de hermandad, colaboración y una visión compartida para un futuro próspero. La confianza mutua y la cooperación no solo mejorarán sus paisajes económicos sino que también restablecerán un vínculo duradero que promete paz, prosperidad y progreso para ambas naciones.