El 2023 no será recordado como un año destacado para la economía, ni colombiana ni global. No obstante, Colombia vislumbra una esperanza en el horizonte. A pesar de las previsiones pesimistas de facciones políticas opuestas a las políticas reformistas del nuevo gobierno, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha actualizado positivamente sus estimaciones. Ahora, prevé que la economía colombiana crezca a una tasa del 1.4% en 2023, esto es un 0.4% más de lo que había proyectado al comienzo del año.
De acuerdo con los datos revelados por el FMI y corroborados por la agencia EFE y Bloomberg, la economía colombiana tiene un panorama positivo en comparación con lo estimado anteriormente. En 2022, Colombia experimentó un notable incremento del PIB del 7.3%. Sin embargo, para 2023 y 2024, las cifras serán de 1.4% y 2% respectivamente. Estas cifras, aunque inferiores al crecimiento previo, son superiores a las proyecciones anteriores del mismo organismo.
La inflación, un aspecto que suele preocupar a economistas y ciudadanos por igual, se prevé que alcance el 11.4% este año. Sin embargo, hay buenas noticias en el horizonte: se espera que esta cifra disminuya significativamente hasta el 5.2% en 2024. Es interesante señalar que el diario La República destaca una “moderación” en las proyecciones de inflación. En abril, el FMI había pronosticado cifras de inflación de 13.1% para 2023 y 8.4% para 2024, por lo que las nuevas proyecciones son, indudablemente, una mejora.
El panorama de desempleo, otro indicador crucial, también parece estar en una trayectoria de mejoría, con una tasa prevista del 10.8% en 2023 y una ligera disminución al 10.4% en 2024.
Mirando más allá de las fronteras colombianas, el FMI es ligeramente optimista respecto al crecimiento económico en América Latina y el Caribe. Se espera que la región crezca a una tasa del 2.3% tanto en 2023 como en 2024. Este optimismo se basa en parte en el desempeño económico de dos de las economías más grandes de la región: Brasil y México.
En resumen, a pesar de los desafíos y las incertidumbres que rodean el escenario global, Colombia y, de hecho, toda América Latina parecen estar en una trayectoria económica ascendente. Y, si bien es esencial seguir monitoreando estos indicadores, hay razones para el optimismo y la esperanza en el futuro económico de la región.